lunes, 12 de junio de 2006

Escombros en la web

He regresado de un viaje con la salud un tanto quebrada. Cosas de la edad, supongo, y del trabajo. Así que he dedicado el fin de semana a descansar y a disfrutar de la música de Couperin. También a sentarme delante del ordenador a escribir algunas entradas en este cuaderno virtual para las que traía ideas.

Y en esas estaba (delante del ordenador) cuando se me ha ocurrido "navegar" por distintos blogs. Decepcionante, francamente decepcionante. No por el contenido, que cada cual es muy libre de escribir lo que le parezca. Faltaría más. Ese no es el meollo de la cuestión. Lo decepcionante es la cantidad de espacios abandonados y muertos tras unas pocas entradas. Y ahí se quedan, como escombros en la web con los que uno tropieza casualmente.

No he podido evitar preguntarme qué habrá sido de esos internautas. Quizás les empujó a escribir el aguijón de la soledad y un deseo de salir de sí mismos para conectarse con corresponsales lejanos. Seguramente habrá tantas motivaciones como personas.

Me gustaría pensar que el "cambo de aires" se ha debido al hallazgo de una opción de comunicación más interesante y directa (esto de los blogs y de internet no deja de ser una forma de contacto con muchas limitaciones). Porque si ha sido el aburrimiento y la inconstancia, algo está fallando en sus mundos interiores.

A mí me sigue apeteciendo por ahora ir dejando retazos de mis reflexiones para que tú los leas si te tropiezas con ellos.

3 comentarios:

Marga F. Rosende dijo...

Me alegra haberme tropezado con tu blog.

Yayo Salva dijo...

Muchas gracias. Va y viene, como mis humores.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Tropecé.
Se me ocurre que tal vez falte persistencia. Estamos en un mundo donde la velocidad es una virtud, y lograr resultados inmediatos (de cualquier tipo) parece ser una meta.
Eso me lleva a recordar:
"Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca,
ruega que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de experiencias..."
Dejo saludos