domingo, 26 de agosto de 2007

El calentamiento global: esa gran mentira

Ya sabemos que los medios de comunicación no son políticamente neutros. Ya sabemos que los políticos son esencial y estructuralmente cínicos y moralmente reprobables por embusteros casi siempre. De lo que se deduce, aplicando la propiedad transitiva ("Sillín" es a "Sillón" como "Cojín es a "X"), que los medios mienten al son de los hilos que los tienen tomados por los "X".

Y digo esto porque gracias a los medios de comunicación de masas, en todo el mundo se habla del Calentamiento Global como hecho incontestable cuando, en realidad, es una pura TEORÍA elaborada de manera interesada por los gobiernos cabeza de serie del Primer Mundo. En las Ciencias Experimentales, como es la Meteorología, toda teoría ha de verse corroborada por la realidad (de forma empírica) y ha de tener carácter predictivo. De manera que, si ciertas causas producen determinados efectos, sea posible establecer conclusiones (leyes) de carácter general. La Teoría del Calentamiento Global propone que SI la Tierra aumenta de forma global su temperatura (hipótesis) se producirán cambios climáticos que pueden afectar de manera importante al ecosistema humano (tesis). Hasta ahí estaría de acuerdo con la formulación. Pero, como es sabido, hace falta la demostración para que la tesis pueda ser validada. Y ahí es donde falla el tinglado.

Ya es muy sospechoso que la Oficina Mundial del Cambio Climático sea dependiente de la ONU, el organismo más vendido a los intereses de "los cuatro grandes" que existe sobre esta Tierra "recalentada". Ya es muy sospechoso que los fondos para investigar seriamente temas de climatología provengan de esa fuente "onuesca". Ya es muy sospechoso que más de un millar de "científicos" de todo el mundo fueran invitados a firmar, hace algunos años, un documento de adhesión a dicha Teoría, lista que ha sido hecha pública (el curriculum vitae de muchos de ellos cabe en la cara de un folio) pero no se publicó la de los otros tantos que no firmaron.

La Teoría se basa en que el anhidrido carbónico (CO2) en la atmósfera produce un "efecto invernadero" que calienta la superficie. Nadie duda que eso sea cierto aunque, para entender el proceso en su globalidad, hay que decir que la atmósfera contiene otros gases (nitrógeno, oxígeno y vapor de agua principalmente) y son todos ellos los que protegen a la Tierra de las pérdidas calóricas excesivas. Pero, dando por bueno que un exceso de CO2 aumentaría el "efectro invernadero", todavía está por demostrar una relación evidente entre la tasa de ese gas y el calentamiento global. Y, como el incremento de CO2 se ha dicho que depende directamente de la actividad humana industrial, está claro que es el hombre actual, industrializado y motorizado, el causante y responsable del calentamiento global. Pero, curiosamente, lo que sí se ha demostrado es: a) que el aumento de la temperatura no está relacionado con la actividad industrial (efecto antrópico), b) que primero aumenta la temperatura y luego, cierto tiempo después, aumenta el CO2. Bueno, y también se han demostrado otras muchas cosas más que echan por tierra la relación gas carbónico-calentamiento global-industrialización.

Toda esa sarta de memeces en torno al calentamiento global y el cambio climático no tiene ningún respaldo científico, y muchos científicos los saben. Pero lo que la Ciencia no puede demostrar se ha dejado en manos de voceadores, los periodistas, y así, a base de cantar la misma copla, lectores y telespectadores se la han aprendido y creído, y algunos de ellos, luciendo ideologías "verdes" (muy encomiables, por cierto, si son honradas sus intenciones), las vociferan teñidas de las más negras amenazas catrastrofistas. Desde hace unos cuantos años, "Niños", tifones, galernas, maremotos y otras muchas desgracias naturales se presentan en los medios de comunicación convenientemente adobadas para dar la impresión de que el mundo se dirige irremediablemente hacia la destrucción apocalíptica. Pero no dicen, porque no les interesa, que desde que el mundo es mundo esas catástrofes se han venido produciendo periódicamente. Lo que entonces no había eran unos medios de comunicación de cobertura mundial para convertirlas en noticia en cuestión de segundos. Se enteraban sólamente quienes las padecían.

¿Por qué se siguen, entonces, voceando catástrofes inminentes? Porque hay intereses político-económicos detrás. A los países industrializados no les interesa que el mundo subdesarrollado mejore su posición y se oponen con uñas y dientes al progreso del Segundo y Tercer Mundo. ¿La (trágicamente risible) excusa?: No se puede aumentar la tasa de CO2 en la atmósfera porque peligra la subsistencia del planeta (cuando en realidad lo que peligraría es el actual status quo). Y mientras tanto, se pasan por el forro de los "X" los compromisos de Kioto porque conocen de sobra los entresijos de la farsa que ellos mismos han urdido. Porque, ¿sabías que una erupción volcánica lanza a la atmósfera en muy poco tiempo más CO2 que cientos de años de actividad industrial de un nivel como el actual?

Los cambios climáticos NO TIENEN ninguna relación ni con el calentamiento global ni, por descontado, con las emisiones de dióxido de carbono. Hace unos días, Ostra, un (o una) comentarista habitual de mis artículos me proporcionó un enlace que habla muy sesudamente del tema. Si tenéis un poco de tiempo ved este documental:

http://www.rebeliondigital.es/prensaextranjera/La_gran_estafa_del_Calentamiento_Global.htm

Habiendo dejado bien claro (espero) que no me creo las mentiras catastrofistas y que considero que los cambios climáticos son algo natural nada catastrófico (o no necesariamente catastrófico) que comienzan a ser algo predecibles sobre otras bases científicas, también quiero dejar claro que me preocupa el mal uso que estamos dando a los espacios naturales: polución, basura, superpoblación, incendios. No hay peligro de que incidan en ningún cambio climático pero hacen incómoda y desagradable la vida de uno. Todos deberíamos ser más civilizadamente cuidadosos de nuestro entorno inmediato. Pero está visto que a algunos, aun sufriendo terrores nocturnos por miedo al cambio climático, les importa tres "X" tirar basura en el campo cuando van de picnic. Y no digamos ya el poco respeto al medio que han venido luciendo las explotaciones industriales del sector primario.

viernes, 17 de agosto de 2007

VBI SVNT...?

Me proponía Iván hace unos días que participara en una especie de meme, pero de tema bastante más serio de lo corriente, en el que, por lo que he podido leer en su artículo, uno reflexionara sobre aquellas cosas o personas que en algún momento fueron importantes en su vida, pero fueron quedando orilladas en el camino. Es el viejo tópico latino del Ubi sunt qui ante nos in mundo fuere? que tanto influyó en algunas corrientes literarias medievales con el tema de la muerte como telón de fondo (la Muerte como elemento igualador de ricos y pobres, nobles y plebeyos...), y cuyos últimos coletazos nos llevarían en la literatura castellana hasta Jorge Manrique, pero aquí en tono "bloguero" menor, referido a circunstancias personales.

Lo he intentado. He hecho el esfuerzo de revolver el baúl de los recuerdos tratando de encontrar a esas personas, cosas y circunstancias de la vida que en el pasado representaron algo importante para mí, y las he encontrado, claro está. Pero no he conseguido asociarlas de ningún modo al sentimiento mezcla de angustia y nostalgia del Ubi sunt...? La mayoría de esas personas siguen conmingo formado, en distintos grados de relación interpersonal, mi mundo. Y quienes ya murieron me dejaron su parte en herencia que sigo disfrutando y no me agobia su ausencia (salvo algún caso muy concreto y en momentos muy puntuales, pocos, de horas bajas) porque tengo muy claro que somos seres leves y esa levedad me empuja a ser realista a mi manera: hay lo que hay, y lo demás cuenta poco. No echo a nadie de menos porque cuando necesito a esa persona, sencillamente voy a su encuentro donde ella está. La pérdida por muerte de un ser querido provoca una crisis muy fuerte, es verdad. Pero es inútil rebelarse contra esa situación. Lo saludable es asumirla por inevitable y reorientar la vida con otras perspectivas. Somos seres leves, pero vivos y con energía. Y debemos ser prácticos.

No echo de menos ninguna cosa porque estoy rodeado de todas las que me son gratas, y si alguna que no tengo necesito, hago por conseguirla poniendo el esfuerzo que sea necesario, como suelo hacer habitualmente.

No siempre fue así. Antes, al compás de otras circunstancias vitales, busqué y sintonicé con las personas que me merecieron la pena para compartir el camino. Antes hice muchos planes de futuro y me apliqué para hacerlos realidad. Pero no añoro ninguna etapa de mi vida ya vivida más allá del dulce (o agridulce) recuerdo que sugiere haberla superado. El pasado es sólo eso: pasado e irrepetible. Tanto da que acertara o me equivocara: no hay vuelta atrás. Aprendí muy pronto que los actos del presente fugaz pueden influir sobre el futuro pero los del pasado no (aquí habría mucho que matizar pero lo dejo para otra ocasión). Sólo valen como experiencia personal, lo cual no es poco.

Si, casi al final de la vida (como es mi caso), uno no ha conseguido una buena dosis de tranquidad de conciencia y madurez para afrontar todos los problemas del vivir (y del morir) con serenidad, ¿a qué otras cosas puede aspirar ya?

Lo siento, Iván, pero el Ubi sunt...? no me sugiere nada fuera del tópico culterano.

jueves, 9 de agosto de 2007

El "Thinking Blogger Award"

Supongo que cada cual tiene sus propias motivaciones a la hora de armar un blog y llenarlo de contenido. Supongo, también, que en el blog cada uno vuelca una parte o faceta de su forma de ser y pensar. Para mí es un entretenimiento, una diversión y, a menudo, una digresión de mis actividades cotidianas. Sus entradas suelen tocar temas leves (aunque no por ello sin sustancia), como leve entiendo el hecho de ser y vivir, con toda su transitoriedad y finitud. No es un espacio sesudo ni trascendente, ni pretende serlo. Para las cosas "serias" que tienen que ver con mis actividades profesionales utilizo otros canales de comunicación ad hoc.

Aunque no es una preocupación obsesiva tener muchos lectores, faltaría a la verdad si dijera que no me importa no tenerlos. Ya no tengo edad para ciertos circunloquios y pajas mentales, y proyectarme hacia ninguna parte me parece necedad: para esos ejercicios íntimos ya se inventaron hace mucho tiempo los diarios personales, algo esencialmente distinto de un blog "abierto al público", aunque sea a un público desconocido. El matiz es importante.

¿Qué sucedería si fuera obligatorio que el autor de un blog se identificara con nombres y apellidos, domicilio, etc.? ¿Habría una desbandada? Si así fuera algo estaría fallando en la sociedad "bloguera" porque una cosa es utilizar un seudónimo y otra muy distinta ampararse o esconderse en la impunidad del anonimato. Pero, en fin, tal como están las cosas el seudónimo permite salir de sus cuevas a quienes de otro modo quizás no tendrían valor para mostrar lo que muestran y su blog resulta así una terapia que sin duda les es beneficiosa. No lo critico negativamente en absoluto.

Lo cierto, en mi caso, es que mantener activo este blog ha generado vínculos de comunicación, un cierto clientelismo con un (afortunadamente) numeroso grupo de personas con intereses muy divesos. Las hay jóvenes y menos jóvenes, lo que viene a demostrar que el "universo bloguero" no es privativo de ningún sector de edad concreto. Las temáticas son también diversas: pinitos literarios (en prosa o en verso), diarios más o menos íntimos, actualidad, moda, música, cine-TV, crítica literaria, crítica político-social, entretenimiento, misceláneos...

Todo este largo proemio viene a cuento del premio (diría más bien mención honorífica) Thinking Blogguer Award, que no sé quién lo habrá inventado pero que me ha llegado de la mano de tres de mis asiduos lectores. Entiendo que se me ha concedido la mención porque algunos de mis artículos les han movido especialmente a la reflexión. La concesión lleva consigo la responsabilidad de escoger a otros cinco blogguers en activo y transmitirles que son también acreedores de tal distinción según mi criterio. Es una árdua tarea que no pienso eludir pero que, en el fondo, me parece injusta porque leo asiduamente más de cinco blogs que lo merecen. Dejo fuera de mi lista, porque ya la tienen, y muy merecidamente, a Mariluz, Horus y Eduardo.

A los autores que con frecuencia me mueven a la reflexión probablemente les tiene sin cuidado esta mención (a mí también, pero sigo el juego):

Mari (Con pasto en la lengua de agua) me impacta con sus narraciones breves.

Júlia (La panxa del bou) hace una excelente crítica literaria y cinematográfica. Es mujer muy comprometida con lo que hace y deja en ello una parte importante de sus muchos saberes y vivencias.

Rafael Barceló Durazo es un joven y ameno narrador de su intra-historia (en el sentido azoriniano del término) con una vitalidad fuera de lo común.

Swirlies (Palm+Stars) mete entre col y col algunas lechugas que me hacen reflexionar sobre la problemática vital de la gente muy joven. A veces se dispersa, pero... se comprende que así sea.

Derber (Como D) es un jovencísimo fabulador que hay que leerlo para creerlo. Sus textos tienen calado, mucho.

¡Lástima que sólo pueda proponer cinco menciones...!