lunes, 29 de diciembre de 2008

"¡Noooooche de Paaaaz!..."

El ejército israelí lleva tres días bombardeando la franja de Gaza y causando cientos de muertos y heridos, muchos de ellos población civil, según la prensa. “¡Nooooche de Paaaz! ¡Nooooche de Amooooor!...”. Claro, que ni los unos por judíos ni los otros por mahometanos creen en los misterios navideños.

Es la vieja historia: israelitas y filisteos a la greña los unos contra los otros, como hace 3000 años pero con mejor tecnología. Y los unos y los otros enarbolando por bandera unos dioses creados a su imagen y semejanza para justificar guerras santas, invasiones territoriales y masacres sin cuento. Hoy, como hace más de 3000 años, el pueblo de Israel ocupa por la fuerza un territorio que es su “tierra prometida” por designio divino y la “limpia” de infieles, del mismo modo que Josué puso cerco y asoló Jericó tras 40 años vagando con su “pueblo elegido” por el desierto de Sinaí. Claro, que el Éxodo tal como lo narra La Biblia es una recreación mítica sin ninguna apoyatura histórica en sus partes fundamentales y lo de la franja de Gaza una cruel realidad.

No deja de ser interesante hacer notar que muchas partes fundamentales del Pentateuco se redactaran en tiempos del exilio babilónico o durante la restauración post-exílica (siglo V a.n.e.), es decir, cuando los dirigentes judíos necesitaban fijar una ideología que justificara la catástrofe política y económica y el resurgir de la nación.

No sé en qué va a parar esto. Por el momento las actitudes internacionales se limitan a declaraciones grandilocuentes reclamando un alto al fuego que, una vez impresas en papel, no sirven ni para papel higiénico (ya ni el papel es lo que era).

Mientras tanto, los de la “¡Noooche de Paaaaz…” nos prepararemos para el cotillón del día 31 y para afrontar la cuesta de enero. Que por ahora, y visto a esta distancia, aquello más que una guerra de exterminio parece un castillo de fuegos artificiales. ¡Perro mundo!...

domingo, 21 de diciembre de 2008

Un paseo por el centro de Ciudad de México

En octubre pasado estuve una semana en Ciudad de México. No volvía por allá desde 1975. Noté grandes cambios respecto de lo que recordaba de esa enorme urbe. Recuerdo que cuando estudiaba Geografía Humana en mis años de universidad, allá por los años 1960, mi maestro ponía la conurbación de México como el ejemplo más claro de un absurdo de agregado humano. Creo que así es, con todo lo que ha crecido (y también mejorado en algunos aspectos). El centro de ciudad de México es sólo la parte más amable de ese hormiguero, que apenas se percibe desde Zona Rosa, que es donde se encontraba mi hotel, relativamente cerca del Museo de Antropología. Pero al salir en coche hacia destinos periféricos (por ejemplo Teotihuacán) uno percibe esa realidad suburbial durante kilómetros y kilómetros.

En el DF tuve la oportunidad de encontrarme con algunos colegas blogueros y conocerlos en vivo y en directo, y compartir mesa y mantel en algún restaurante típico. Y también de pasear por el centro. Os dejo un pequeño reportaje fotográfico de aquellos días inolvidables.