sábado, 23 de febrero de 2008

Pornografía

No soy demasiado aficionado al Messenger. Lo uso de cuando en cuando, si hay cita previa. Prefiero la carta como medio de comunicación con los amigos; es más reflexiva y permite tratar los asuntos con mayor profundidad. Además, ahora, con los correos electrónicos, se le puede dar a la correspondencia la fluidez que requiera el corresponsal. Pero tengo un sobrino-nieto que está en sus turbulentos 14 años, con quien me conecto todos los domingos por la mañana durante una hora, salvo que haya algún asunto perentorio y me mande un SMS proponiendo una conexión en cualquier otro momento.

En una de las últimas conversaciones me preguntó a bocajarro:
-Yayo, ¿qué opinas de la pornografía?
-Que es pan para hoy y hambre para mañana- le contesté.
-¿Qué quieres decir con eso?- preguntó.
-Que es como contemplar el escaparate de la tienda de golosinas sabiendo que no puedes comprar ninguna. Aunque al principio anima el cuerpo, al final resulta frustrante. Acabas con la cabeza caliente y los pies fríos. El sexo es otra cosa más privada y más excitante.
-Ya...-, escribió, y lamenté no poderle ver la cara (no tengo webcam o como se llame ese artilugio), porque interpretar lo que quiso decir con ese “Ya...” no era fácil sin verle la expresión. Por si era una “Ya...” decepcionado, añadí:
-Hay cosas que debemos aprender en los libros y revistas, y otras que se aprenden viviéndolas como una experiencia personal compartida, en una cadena de sucesivos descubrimientos-. Inmediatamente me arrepentí de lo escrito (ese maldito Messenger y la irreflexiva inmediatez del diálogo) porque dejé la puerta abierta para la pregunta que siguió:
-¿Qué quieres decir?-. Decidí cambiar de estrategia y pasar al ataque:
-Marc, ¿qué te preocupa en relación con el tema?
-Es que me han dejado un DVD de anime porno-. Me parecía obvio que ya lo habría visionado.
-Ya...-. Ahí fui yo el del “Ya...” perplejo.
Seguimos hablando el resto de la hora sobre el asunto y sus implicaciones.

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Yo viví mi adolescencia y mi juventud sin pornografía, y no por falta de ganas, entonces..., lo reconozco. En el pueblo había tres barberías (las llamábamos así para diferenciarlas de las dos peluquerías, que eran para las mujeres). Yo iba a arreglarme a la de Ricardo. En el pueblo todos sabíamos que niños y jóvenes no podían ir a la barbería los domingos por la mañana. Ese día era exclusivamente para los hombres casados o, como poco, para jóvenes que ya hubieran hecho el servicio militar. Entonces se decía que en el servicio militar era donde uno se hacía “hombre de verdad”. Algún día contaré una historieta sobre ese tema.

Lo cierto es que los domingos por la mañana la barbería de Ricardo estaba a rebosar porque retiraba los periódicos y revistas del corazón habituales en toda barbería que se precie y sacaba las revistas porno. Eran (lo supe luego), revistas francesas que no sé cómo conseguía adquirir porque en aquellos años, los de 1950 y 1960, España estaba férreamente cerrada a cal y canto a las influencias pecaminosas del exterior, alimentadas (así se nos enseñaba en las escuelas y desde los púlpitos) por el contubernio judeo-masónico internacional contra la reserva espiritual de Occidente que era nuestra Patria. ¡Cuántos bebés no serían engendrados en aquellas siestas dominicales...! ¡Y con posturitas y todo! En el fondo, Ricardo era un verdadero apóstol de la natalidad sin saberlo. Porque tampoco había condones.

lunes, 18 de febrero de 2008

Blog Solidario

Wanda, desde su Refugio, opina que soy candidato al premio de Blog Solidario. Gracias Wanda.

Me he puesto a pensar qué puede significar blog solidario. Según la RAE, solidario es un adjetivo que significa "adherido o asociado a la causa, empresa u opinión de alguien". En el lenguaje del Derecho, "se dice de las obligaciones contraídas in solidum y de las personas que las contraen". Estupor, por mi parte. Porque, atendiendo al primer significado, un blog solidario sería el asociado o adherido a la causa, empresa u opinión de alguien. Ciertamente este bloc de notas mío cumple la definición al pie de la letra porque está asociado a mi persona, es una de mis empresas y expresa mi opinión siempre. No es la voz de nadie que no sea yo mismo. Es, por definición, un blog personal. Pero, visto así, no creo que sea más merecedor de premio que cualquier otro blog personal.
Eso no quiere decir que mi opinión, mi actitud y mi manera de hacer las cosas sean únicos, exclusivos y patentables. No, al contrario, creo que hay muchos rasgos compartidos con otras personas de este mundo cibernético y del mundo real. Uno no es tan singular ni raro.

¿Blog solidario con la blogosfera? Es tautología. No me vale.

¿Es una pequeña trampa este premio? No creo. En todo caso, no supone para mí ninguna cesión de mi independencia en favor de nadie, ni nadie me lo ha exigido. Conociendo un poco a Wanda por el mucho tiempo que leo sus artículos y por sus opiniones sobre los míos, ha pensado que soy candidato al premio porque me considera persona de bien (al menos trato de serlo). Es muy grato sentir que alguien piensa así de uno. Es ya un gran premio.

Soy indefectiblemente solidario con quienes se oponen a las injusticias.
Soy indefectiblemente solidario con quienes defienden las libertades.
Soy indefectiblemente solidario con quienes ejercen la tolerancia.
Soy indefectiblemente solidario con quienes creen que la vida es un bien perecedero singularísimo, único, irrepetible.
Soy indefectiblemente solidario con quienes creen en el ser humano y sus derechos.
Soy indefectiblemente solidario con quienes entienden el amor en cualquiera de sus muchas manifestaciones. La amistad es una de ellas.
Soy indefectiblemente solidario con quienes creen que los seres humanos podemos y debemos compartir con el prójimo en la medida que se pueda.
Soy indefectiblemente solidario con los menos favorecidos por la vida.
Soy indefectiblemente solidario con quienes creen que las cosas pueden mejorar si arrimamos el hombro a la tarea, y lo hacen.
Soy indefectiblemente solidario con quienes creen en algunas utopías.

Pero ser así no tiene ningún mérito. Y viviendo orientado por esos principios uno encuentra inmarcesibles recompensas en una mirada agradecida, en un fuerte apretón de manos, en un abrazo largo y cálido y en tantas otras pequeñas cosas...

ADENDA (18/02/07)

Se me estaba olvidando la obligación de mencionar a otros siete colegas a los que considero meredores de premio. No están en la lista unos cuantos que sé que no son amigos de estos juegos. Algunos de la lista ya recibieron el premio: será una mención más. Todos, los que están y los que no están, más algunos más, suscribirían sin dudarlo todos o casi todos los puntos del ideario que he listado antes. Ahí van los agraciados:

Aristóteles, Dalia, El Hippi Viejo, Gabrielus, Julia, Mariluz Barrera, Xiruquero-Kumbaià

Encontraréis sus enlaces en mi lista de visitas habituales.

viernes, 8 de febrero de 2008

"Cuaresma versus Carne Valis"

Estamos en tiempos de Cuaresma. Los excesos del Carnaval dan paso a este periodo de penitencia, arrepentimiento y reflexión en el año litúrgico de la Iglesia Católica y las Evangelistas, tiempo de preparación para la Pascua. En los festejos populares abre la Cuarema “El Entierro de la Sardina”, último acto carnavalesco cuyo significado ha caído ya en el olvido para las generaciones jóvenes. En su origen, hace ya muchos, muchos años simbolizaba, entre otras cosas, la protesta contra la obligada abstinencia del católico de comer carne durante la Cuaresma. Pescado sí podía comer y el pescado más barato era entonces la sardina. En cierto modo, la Cuaresma condenaba a la mayoría de los católicos a comer sardinas y, en general, salazones, ya que el pescado fresco podía llegar a pocas mesas. Hoy la sardina es un pescado azul nada barato, al menos en España, y lo mismo cabe decir de las salazones, antes alimento cotidiano de las familias modestas.

Cuando la Iglesia primitiva fue creando el calendario litúrgico en torno a la celebración central, la Pascua, proponía un periodo de reflexión, penitencia y conversión previo a la misma, a imitación del tiempo de preparación del propio Jesucristo antes de comenzar su vida pública. En el siglo IV comenzó a tomar cuerpo la Cuaresma, estableciéndose la obligatoriedad del ayuno (reducción de las comidas diarias a un mínimo), la abstinencia de comer carne de animal de sangre caliente y de mantener relaciones sexuales (incluso lícitas y bendecidas) durante cuarenta días (Quadragesima). Pero surgieron problemas de orden interno: la propia Iglesia consideraba el domingo “Día del Señor”, día sagrado que no podía empañarse con el ayuno y la abstinencia penitenciales. Surgieron, pues, disputas entre la jerarquía eclesial, especialmente en la Iglesia Occidental.

La cuestión quedó zanjada en el siglo VII cuando la Iglesia admitió una Cuaresma de cuarenta días, dejando exentos de las obligaciones cuaresmales los domingos. Para que saliera la cuenta de los cuarenta días cuaresmales contados antes del Domingo de Pasión o Domingo de Ramos, había que sumar los seis domingos que entran en el calendario. De modo que el inicio de la Cuaresma quedó aritméticamente establecido en el miércoles anterior al Primer Domingo de Cuaresma, es decir, el Miércoles de Ceniza. La Iglesia quiso solemnizar ese día con la imposición de la ceniza bendecida a los fieles, una tradición remotísima de origen pagano, practicada por muchas culturas precristianas, con un significado similar en todas ellas: señal de duelo, de dolor, de penitencia.

Antes era signo de buen cristiano lucir por la calle, el Miércoles de Ceniza, la ceniza espolvoreada por el sacerdote sobre el pelo o la marca cenicienta en la frente, lo cual daba lugar a muchas actitudes picarescas para mantener las apariencias.

Hoy la Cuaresma ha perdido, tengo entendido, una buena parte de su caparazón externo, afortunadamente; en especial lo relativo a la abstinencia y el ayuno, fuente de pingües beneficios eclesiales con la venta de bulas eximentes y origen, entre otras razones de mayor peso, de la escisión luterana.

La Cuaresma es un tiempo de reflexión íntima, una actitud que todos deberíamos practicar de cuando en cuando sin importar las fechas del calendario litúrgico católico.

sábado, 2 de febrero de 2008

Preludio carnavalesco

Hay ambiente carnavalesco por algunos rincones y plazas de Madrid. Suenan ritmos salseros (¿samberos?). Ayer (viernes), a la hora de la comida, en la mesa del restaurante vecina a la nuestra, había sentadas una damisela disfrazada de unicornio acompañada de otra vestida de hada.

Paseo por la Plaza de Colón de atardecida. Ruidos, risas, música. El ambiente está húmedo y huele a sexo. ¿Olía así? ¿Lo recuerdo?

Me disfrazo de hombre que pasea...