domingo, 30 de diciembre de 2007

Misterios cristianos decembrinos

En el mes de Diciembre se celebran dos de los grandes misterios del cristianismo: la Inmaculada Concepción de María y el nacimiento de Jesús, Verbo Encarnado, de la Virgen María. Ambos misterios se explican solamente por la fe y la obediencia ciega a la autoridad de la Iglesia, pero conviene recordar que movieron airadas controversias filosóficas (teológicas) entre los Padres y Doctores de la Iglesia, fueron motivo de herejías y cismas e hicieron correr ríos de sangre entre los partidarios de las distintas opciones de pensamiento al respecto.

Los primeros siglos del Cristianismo estuvieron presididos por fuertes disputas teológicas en torno a la naturaleza de Jesús-Cristo, resueltas manu militari con la imposición del Credo de Nicea mediante lo se puede llamar sin ambages la mayor injerencia del Estado en asuntos eclesiásticos con el sólo objetivo de pacificar el Imperio Romano. El papel de los Evangelios en estas y otras muchas controversias cristianas era poco relevante porque no aportaban información, sólo narraban el misterio. Conforme la Iglesia se fue transformando en un aparato burocrático-religioso se hizo necesario dotar al cristianismo de un cuerpo filosófico-doctrinal que “explicara” los misterios.

Para los cristianos primitivos no resultaba problemático aceptar que el Niño-Dios había nacido de una Virgen. Había bastantes ejemplos de alumbramientos virginales divinos en otras religiones paganas del entorno judaico que podemos consultar ahora en cualquier manual de mitología o de historia de las religiones. Así, pues, no sorprendería a ningún creyente ese préstamo de otras creencias, recogido también en el Antiguo Testamento, y que servía para resaltar el carácter extraordinario de la venida del Mesías. De los cuatro Evangelios canónicos sólo Mateo 2, 23 y Lucas 1, 27 hablan explícitamente de la virginidad de María. Fue la patrística la encargada de elaborar poco a poco, luego, la doctrina necesaria, dado que, espontáneamente, los primeros cristianos ya manifestaron evidentes signos de devoción mariana a pesar de que en los epistolarios apostólicos no hay ninguna mención a la Virgen ni a su papel mediador.

En los siglos IV y V tuvieron lugar dos acontecimientos que desembocaron en la necesidad cristiana de exaltar la figura de la Virgen. El primero de ellos fue la herejía nestoriana, que negada de plano la maternidad virginal de María. El segundo, al que la Iglesia prestó en principio mayor atención, fue la herejía pelagiana, que negaba la universalidad del pecado original. Como fácilmente puede suponerse, la doctrina de Pelagio resultaba sumamente peligrosa porque atacaba los fundamentos de la Redención que, sin pecado original, quedaba bastante menguada de significado.

Condenados Pelagio y sus seguidores al fuego eterno, surgió otra gran pregunta: ¿Nació María maculada por el pecado original? De nuevo se encendió la hoguera de las pasiones en una guerra teológica que no se resolvió hasta mediados del siglo XIX, mostrando la jerarquía eclesial gran tolerancia de opiniones dado lo resbaladizo del tema. De una parte, la escolástica de Oxford afirmaba rotundamente que María fue concebida sin pecado original porque, resumiendo la controversia de Juan Duns Scoto, potuit, decuit ergo fecit, viene a decir que Cristo puede obrar el milagro, convenía que lo obrara para hacer perfecta a su madre terrenal y por tanto lo hizo. La conclusión puede resultar risible ahora, pero así era la escolástica en tiempos góticos.

En el polo opuesto estaba la escuela de París, que admitía que la Virgen fue concebida como todo mortal sujeta al pecado, pero antes del alumbramiento y por deseo expreso divino fue inmaculada. De esa opinión fueron grandes santos como San Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino.

El asunto se zanjó el 8 de Diciembre de 1854 cuando el papa Pío IX promulgó el Dogma de la Inmaculada Concepción, por inspiración “revelada por Dios, y por lo tanto debe creerse firme y constantemente por todos los fieles”, según reza en el texto del dogma.

lunes, 24 de diciembre de 2007

Felicitación navideña


Con mis mejores deseos de felicidad nunc et semper para todos.

- Que se restañen las heridas del corazón y del cuerpo, si las hay.
- Que lo esperado se colme, y se abra una puerta mayor a la esperanza.
- Que lo inesperado sea agradable sorpresa.
- Que la fuente del amor mane cada vez más caudalosa.

- Que a los peques les lleguen los videojuegos que esperan (¡Qué horror!)

Sí, ya sé que son tópicos. Pero no por demasiado sobados dejan de tener sentido, si uno quiere.

(El fotomontaje de la ilustración tiene como base un calco modificado de parte del panel con pinturas rupestres prehistóricas de El Cogul, Lleida. Espero que se me disculpe la licencia. Si alguien quiere verlo en serio puede hacerlo, entre otros sitios, en http://gl.wikipedia.org/wiki/Covas_de_El_Cogul)

domingo, 16 de diciembre de 2007

Adviento...

Entramos en la recta final de cara a las Navidades en el “mundo occidental”. Me gusta el plural, Navidades, porque expresa esa diversidad de “sentires” ante unos días más o menos feriados cargados de simbolismos tan diferentes para unos y para otros. El paisaje urbano se llena de luces y de reclamos. La plata parece manar a raudales de las tarjetas de crédito, inagotable, engordando las bolsas de los mercaderes. El Adviento cobra tantos significados diferentes...

De todos los símbolos navideños me gusta especialmente esa vela roja encendida. Es signo de vida, de luz, de calor de hogar. También de recuerdo, de esperanza.

De AMOR...

domingo, 2 de diciembre de 2007

Un paseo por la Patagonia chilena

Confieso que cada vez que veo las fotografías de mi reciente estancia en los entornos de Puerto Natales y Punta Arenas siento un revoloteo de mariposas en el estómago. Ciertamente fueron unos días de paz y tranquilidad los que viví en esas hermosas regiones chilenas en las que el paisaje te subsume por su grandiosidad. La levedad del ser se hace más patente ante las fuerzas de la Naturaleza puestas en juego allí para crear esa majestuosa arquitectura tectónica.

Como lo prometido es deuda, aquí os dejo el reportaje. He seleccionado, de las más de 600 fotografías que he tomado, las que me han parecido más interesantes para dar sentido y continuidad a una especie de paseo relatado en unos seis minutos. Porque, sí, esta vez he puesto voz en “off” atendiendo las sugerencias de algunos comentarios a mi anterior videoclip. Por cierto que si esos “provocadores” (Gonzalo, Oso, Swirlies) no se pasan a verlo, les corto... las orejas. Es broma. Libertad de acción sobre todo.

De nuevo mi mala cabeza me lleva de viaje: una quincena a Lisboa (no te sulfures, Memo, no es farde, es mi trabajo), dejando mis obligaciones blogueras bajo mínimos en ese tiempo. Disculpadme quienes observéis que no paso tan frecuentemente como solía a leer y comentar vuestros trabajos.