El católico moderno tiene una imagen de este justo varón dibujada recientemente (en los últimos 500 años) con material procedente de fuentes no canónicas, en su mayor parte de los Evangelios Apócrifos. Porque en el Nuevo Testamento hay muy pocas referencias al padre putativo de Jesús, algunas de ellas enormemente polémicas y que siguen trayendo de cabeza a los exégetas cristanos. Por cierto, que de la abreviatura textual PP (Padre Putativo) se ha derivado que a los bautizados con el nombre de José se les llame familiarmente Pepe. Aunque eso supongo que ya lo sabíais.
De los cuatro Evangelios canónicos sólo los de Mateo y Lucas proporcionan algunos datos. Juan se limita a decir en un par de ocasiones que Jesús era hijo de José (Ju 1,45 y 6,42). Pero, ¿quién era ese José de Nazaret?
Según Mateo 1,16, era hijo de un tal Jacob. Para Lucas, en cambio, su padre se llamaba Helí (Lu 3,23). Este desacuerdo en las fuentes reveladas desconcierta a los exégetas, la mayoría de los cuales pasan de puntillas sobre el asunto sin detenerse y unos pocos han elaborado una teoría bastante infumable recurriendo a la Ley del Levirato: en tal teoría se considera que uno de los nombrados, por ejemplo Jacob (que tendría un hermano soltero llamado Helí), sería su padre biológico y habría muerto; según la Ley, su hermano Helí, por ser soltero, estaba obligado a casarse con la viuda, su cuñada, pasando a ser padrastro de su sobrino José.
Tampoco se sabe dónde nació aunque, por el hecho de desplazarse a Belén con María encinta para empadronarse, según ordenaba el edicto augusteo, es muy probable que fuera de Belén. El apócrifo Historia de José el carpintero (escrito en el siglo IV-V) lo afirma taxativamente: "Había un hombre llamado José, oriundo de Belén..." (HJC II,1). Textos canónicos y apócrifos coinciden en que era carpintero. Bueno, en realidad dicen que era tekton, algo así como persona habilidosa para hacer trabajos manuales. Pero desde muy antiguo se fijó el significado de carpintero, aunque en el apócrifo Libro sobre la infancia del Salvador (del siglo XIII) se deja traslucir que era agricultor: "... siendo la época de la sementera, salió José a sembrar trigo" (LIS 3).
Como carpintero no parece que siempre le salieran bien las cosas, a tenor de lo que nos narra el apócrifo Evangelio árabe de la Infancia (del siglo XIII-XIV) en el cap. XXXIX y que, resumiendo, nos viene a contar el milagro que tuvo que hacer Jesús para arreglar los desaguisados de su padre al contruir un trono que le había encargado el rey de Jerusalén.
A pesar del importante papel que jugó San José en la Sagrada Familia, los Evangelios transmiten poca información biográfica sobre el casto varón. Tampoco sobre María, su virgen esposa son en exceso explícitos. ¿Era José viudo cuando desposó a María o no había conocido mujer? La mención en varias ocasiones, en los Evangelios, de "los hermanos del Señor", por ejemplo en Mt 13,55 y ss., es un escollo difícil de salvar, que los exégetas católicos sortean haciendo filigranas retóricas. Pero en la Historia de José... se recoge que el Santo Patriarca era viudo, y que del primer matrimonio tuvo cuatro varones y dos mujeres (HJC II, 3 y ss.). En otros textos se nos indica que a la hora de desposar a María todos sus hijos se habían casado ya, excepto Santiago, el menor, luego Apóstol, al que los textos sagrados llaman "hermano del Señor".
Este asunto es importante para entender la animada discusión entre dos bandos de hagiógrafos: quienes defienden (sin ningún argumento claramente apoyado en la Revelación) que José era joven y soltero cuando se comprometió con María y quienes sostienen que era ya viejo. No quiero extenderme demasiado citando fuentes, pero coincido con quienes opinan que lo más razonable es pensar que era ya, efectivamente, añoso cuando celebró las nupcias con la Virgen. El devenir temporal del propio relato evangélico admite esa posibilidad: cuando Jesús inicia su vida pública su padre putativo debía haber muerto ya, pues no se le menciona como invitado en la boda de Caná; tampoco formaba parte del cortejo familiar al pie de la cruz, cuando, viendo su muerte próxima, Jesús encarga a Juan que se ocupe de cuidar a la Virgen. Las frases de Juan 19, 26-27 no tendrían sentido (exégesis posteriores aparte) si el esposo de María aún viviera. Por otra parte, y con todas las reservas a tener en cuenta, en la Historia de José... Jesús narra de manera presencial la muerte de su padre (HJC XVI y ss.).
Todas estas situaciones de desconocimiento hicieron que, en los primeros tiempos del cristianismo, San José fuera un santo ignorado, sobre todo para el cristianismo occidental. No figura en las nóminas y santorales de los Martirologios más antiguos y no hay constancia de que se le tributara culto oficialmente, aunque bien es verdad que durante los primeros siglos del cristianismo se veneraba principalmente a los mártires. Las referencias cultuales más antiguas que se tienen proceden de calendarios de la Iglesia Copta de los siglos VIII y IX. En Occidente se inició su culto hacia el siglo X, siendo una iglesia de Bolonia la primera dedicada al Santo cuando corría el año 1129. Su culto ganó adeptos gracias a la devoción de influyentes personajes del cristianismo como el Santo de Aquino, San Bernardino, Santa Brígida de Suecia... pero estaríamos ya a finales del siglo XIII y principios del XIV. Por fin, bajo el pontificado de Sixto IV (1471-1484), San José fue oficialmente introducido en el Misal Romano, fijándose su fiesta para el 19 de marzo.
Los gremios bajomedievales de carpinteros le tomaron por Patrón y así, poco a poco, la devoción a San José fué ganando popularidad. Con Clemente XI (1700-1721) consiguió el rango de fiesta doble de segunda clase, pero fue a lo largo del siglo XIX cuando se produjo el ascenso vertiginoso de categoría, que culminó en 1870 cuando Pío IX lo declaró Patrono Universal de la Iglesia Católica. Después San José entró en política. En 1889 se había instaurado el día 1 de Mayo como Fiesta del Trabajo a la que en pocos años se fueron adhiriendo todas las naciones a través de sus organizaciones sindicales de trabajadores. Pues bien, a Pío XII le cupo el honor de cristianizar en 1955 la Fiesta del Trabajo, convirtiéndola para el orbe católico en el día de San José Obrero.
En cuanto a su patronazgo de las Fallas, viene de la tradición de los gremios de carpinteros de Valencia, y como fueron los carpinteros los que construyeron las primeras fallas (y así ha continuado siendo hasta hace bien poco), cuando la fiesta tomó vuelo fue santificada bajo la tutela del Santo, que también había sido del gremio.
Lo del Día del Padre es más reciente y poco tiene que ver, en realidad, con San José.
De los cuatro Evangelios canónicos sólo los de Mateo y Lucas proporcionan algunos datos. Juan se limita a decir en un par de ocasiones que Jesús era hijo de José (Ju 1,45 y 6,42). Pero, ¿quién era ese José de Nazaret?
Según Mateo 1,16, era hijo de un tal Jacob. Para Lucas, en cambio, su padre se llamaba Helí (Lu 3,23). Este desacuerdo en las fuentes reveladas desconcierta a los exégetas, la mayoría de los cuales pasan de puntillas sobre el asunto sin detenerse y unos pocos han elaborado una teoría bastante infumable recurriendo a la Ley del Levirato: en tal teoría se considera que uno de los nombrados, por ejemplo Jacob (que tendría un hermano soltero llamado Helí), sería su padre biológico y habría muerto; según la Ley, su hermano Helí, por ser soltero, estaba obligado a casarse con la viuda, su cuñada, pasando a ser padrastro de su sobrino José.
Tampoco se sabe dónde nació aunque, por el hecho de desplazarse a Belén con María encinta para empadronarse, según ordenaba el edicto augusteo, es muy probable que fuera de Belén. El apócrifo Historia de José el carpintero (escrito en el siglo IV-V) lo afirma taxativamente: "Había un hombre llamado José, oriundo de Belén..." (HJC II,1). Textos canónicos y apócrifos coinciden en que era carpintero. Bueno, en realidad dicen que era tekton, algo así como persona habilidosa para hacer trabajos manuales. Pero desde muy antiguo se fijó el significado de carpintero, aunque en el apócrifo Libro sobre la infancia del Salvador (del siglo XIII) se deja traslucir que era agricultor: "... siendo la época de la sementera, salió José a sembrar trigo" (LIS 3).
Como carpintero no parece que siempre le salieran bien las cosas, a tenor de lo que nos narra el apócrifo Evangelio árabe de la Infancia (del siglo XIII-XIV) en el cap. XXXIX y que, resumiendo, nos viene a contar el milagro que tuvo que hacer Jesús para arreglar los desaguisados de su padre al contruir un trono que le había encargado el rey de Jerusalén.
A pesar del importante papel que jugó San José en la Sagrada Familia, los Evangelios transmiten poca información biográfica sobre el casto varón. Tampoco sobre María, su virgen esposa son en exceso explícitos. ¿Era José viudo cuando desposó a María o no había conocido mujer? La mención en varias ocasiones, en los Evangelios, de "los hermanos del Señor", por ejemplo en Mt 13,55 y ss., es un escollo difícil de salvar, que los exégetas católicos sortean haciendo filigranas retóricas. Pero en la Historia de José... se recoge que el Santo Patriarca era viudo, y que del primer matrimonio tuvo cuatro varones y dos mujeres (HJC II, 3 y ss.). En otros textos se nos indica que a la hora de desposar a María todos sus hijos se habían casado ya, excepto Santiago, el menor, luego Apóstol, al que los textos sagrados llaman "hermano del Señor".
Este asunto es importante para entender la animada discusión entre dos bandos de hagiógrafos: quienes defienden (sin ningún argumento claramente apoyado en la Revelación) que José era joven y soltero cuando se comprometió con María y quienes sostienen que era ya viejo. No quiero extenderme demasiado citando fuentes, pero coincido con quienes opinan que lo más razonable es pensar que era ya, efectivamente, añoso cuando celebró las nupcias con la Virgen. El devenir temporal del propio relato evangélico admite esa posibilidad: cuando Jesús inicia su vida pública su padre putativo debía haber muerto ya, pues no se le menciona como invitado en la boda de Caná; tampoco formaba parte del cortejo familiar al pie de la cruz, cuando, viendo su muerte próxima, Jesús encarga a Juan que se ocupe de cuidar a la Virgen. Las frases de Juan 19, 26-27 no tendrían sentido (exégesis posteriores aparte) si el esposo de María aún viviera. Por otra parte, y con todas las reservas a tener en cuenta, en la Historia de José... Jesús narra de manera presencial la muerte de su padre (HJC XVI y ss.).
Todas estas situaciones de desconocimiento hicieron que, en los primeros tiempos del cristianismo, San José fuera un santo ignorado, sobre todo para el cristianismo occidental. No figura en las nóminas y santorales de los Martirologios más antiguos y no hay constancia de que se le tributara culto oficialmente, aunque bien es verdad que durante los primeros siglos del cristianismo se veneraba principalmente a los mártires. Las referencias cultuales más antiguas que se tienen proceden de calendarios de la Iglesia Copta de los siglos VIII y IX. En Occidente se inició su culto hacia el siglo X, siendo una iglesia de Bolonia la primera dedicada al Santo cuando corría el año 1129. Su culto ganó adeptos gracias a la devoción de influyentes personajes del cristianismo como el Santo de Aquino, San Bernardino, Santa Brígida de Suecia... pero estaríamos ya a finales del siglo XIII y principios del XIV. Por fin, bajo el pontificado de Sixto IV (1471-1484), San José fue oficialmente introducido en el Misal Romano, fijándose su fiesta para el 19 de marzo.
Los gremios bajomedievales de carpinteros le tomaron por Patrón y así, poco a poco, la devoción a San José fué ganando popularidad. Con Clemente XI (1700-1721) consiguió el rango de fiesta doble de segunda clase, pero fue a lo largo del siglo XIX cuando se produjo el ascenso vertiginoso de categoría, que culminó en 1870 cuando Pío IX lo declaró Patrono Universal de la Iglesia Católica. Después San José entró en política. En 1889 se había instaurado el día 1 de Mayo como Fiesta del Trabajo a la que en pocos años se fueron adhiriendo todas las naciones a través de sus organizaciones sindicales de trabajadores. Pues bien, a Pío XII le cupo el honor de cristianizar en 1955 la Fiesta del Trabajo, convirtiéndola para el orbe católico en el día de San José Obrero.
En cuanto a su patronazgo de las Fallas, viene de la tradición de los gremios de carpinteros de Valencia, y como fueron los carpinteros los que construyeron las primeras fallas (y así ha continuado siendo hasta hace bien poco), cuando la fiesta tomó vuelo fue santificada bajo la tutela del Santo, que también había sido del gremio.
Lo del Día del Padre es más reciente y poco tiene que ver, en realidad, con San José.
(La ilustración corresponde el cuadro "La Sagrada Familia", de Simone Cantarini, pintado hacia 1645)
10 comentarios:
Como siempre, muy interesante!!! creo que jamas me habia puesto a reflexionar sobre quien era Jose o que papel jugo en la historia de la religion.
Es extraño que siendo tan cercano al hijo de Dios, pues no se den detalles sobre el, por que si hablaramos de Maria, la madre, encontramos un sin fin de referencias.
No me adentrare demasiado, por que los asuntos estos siempre me hacen debatir jaja, pero quien sabe... cuando se omite la informacion sobre algo o alguien que se puede considerar fue importate, es por que no es conveniente para alguna persona o alguna causa... esa si podria ser la mejor explicacion...
Exelente post! siempre aprendo algo nuevo por aqui.
Saludos!
Ay. Supongo que sabías que los temas poco explorados de la religión católica me atrapan. Poco explorados o explorados sólo según la versión oficial, claro.
Y vos buscás, husmeás, das datos "extraoficiales", digamos...
Que millones de gracias, que me encanta enterarme.
Un montón de besazos! Que te diría gracias hasta el hartazgo, jeje.
La verdad es que hasta ahora desxconocía completamente por qué a los de nombre José les dicen Pepe. Y bueno, el texto resulta realmente intereante. Hay muchos datos interesantes que desconocía y los relatas de una manera amena y entretenida. Muchas gracias por esta oportunidad de aprender algo nuevo e interesante.
A mí me da la sensación de que no se habla mucho de José para que no "compita" su posición de padre con la posición de Diós como el padre... pero es solo una sensación.
Saludos, que estés muy bien
Lo de PP, padre putativo, lo supe no hace muchos años, y me sorprendió, no entendía lo de Pepe, así pues, sería el día del padre putativo (fea palabra), San José... El pobre San José siempre ha sido ridiculizado en la canción y literatura popular, como si fuese un vejete algo tonto. Es que la historia da para mucho. Interesante todo lo que explicas!!!
Amigo Yayo:
Justo venía a revisar si me encontraba con buena información relacionada con las pascuas y la vida de Jesús y me encuentro con lo que buscaba. Geniales datos para saber de José. Y cuántas discusiones!
La verdad que aclaran muchos hechos que si uno los estudia detenidamente se da cuenta que las coherencias saltan a la vistas cuando todo cuadra. Pero a veces las fuentes no son tan confiables, eso es verdad tambien.
Gracias por el esmero en compartir su saber con nosotros Yayo.
Un abrazo grande y le deseo una muy feliz pascua rodeado de amor y paz.
que entrada tan interesante... es bueno intentar verle el punto historico a la biblia y asi desenmarañar tradiciones =)
es muy bueno estudiar a los "santos" desde el lado historico, lejos del fanatismo religioso, estos textos son geniales.
saludos!
Excelente cátedra estimado profe, de hecho, la estoy imprimiéndo (Con su permiso) para regalársela a mi tío José, que además cumplió años ese día..!!
Te sigo,,
Z de V.
Me encantó el post, querido Yayo. Siempre me había preguntado por la ausencia del padre en la vida de Jesús, supongo que por la presencia tan contundente del otro Padre. Pessoa escribió en "El cuidador de rebaños", que el niño Jesús le inspiraba compasión, pues no sabía lo que era tener un padre auténtico. Yo pensé lo mismo, porque mi padre es una de las personas que más echaría de menos si no estuvieran... Supongo que todo esto también tiene que ver con una cultura latina que deposita toda la responsabilidad del cuidado familiar en la mujer, y que permite (¿alienta?) que los hijos sean exclusivamente criados por ellas... Me gusta esa imagen de PP que presentas. Como siempre, un placer leerte y aprender algo nuevo...
Viriz: San José es un personaje muy interesante. Si tienes ocasión léete alguno de los Apócrifos que tratan de su persona. Exageraciones aparte, hay datos muy interesantes.
Saludos.
Mari: El historiador impenitente ha de husmear por todos los rincones.
Besos.
Marcos: Los Evangelios hablan poco del padre PP de Jesús y los Apócrifos contienen demasiadas exageraciones. Así que la Iglesia oficial optó por el silencio.
Saludos.
Júlia; Gracias, colega, por tus apreciaciones.
Saludos.
Gabrielus: La Pasión y sus figuras suscita temas demasiado complejos para un modesto blog como éste. Como hubiera dicho mi padre, "demasiado tomate para un par de huevos".
Todas las fuentes contienen datos a tener en cuenta. La misión del historiador es intentar extraerlos sin apasionamientos.
Un fuerte abrazo, amigo.
Trako: Estamos de acuerdo en lo interesante que resulta hacer "otras lecturas" de los grandes personajes.
Saludos.
Persio: Gracias por tu comentario. Ya sabes que a veces no puedo reprimir el deseo de entrar en el fenómeno humano.
Un abrazo.
Zumo: De cátedra nada. Simple gazetilla. Espero que a tu tío le guste.
Un abrazo.
Mario: Es una lástima que la "revelación" se haya querido ocupar principalmente del Cristo Redentor, relegando al Jesús histórico a poco menos que nada, aunque es posible que los Apócrifos más antiguos contengan algún material original. Siempre me llamará la atención que la Iglesia de Pedro, "revelación" aparte, no prestara la menor atención a la vida terrenal de su fundador antes de iniciar su vida pública puesto que los propios Evangelios sugieren con algunas frases que era persona conocida, tanto él como su familia. Y tres años de convivencia antes de la Pasión dan para mucho. Creo que Pablo, el gran teólogo del cristianismo, tiene mucho que ver en ello.
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