jueves, 11 de septiembre de 2008

Namibia y Sudáfrica

Estoy teniendo un verano muy movido. Quizá demasiado. Últimamente he tenido que viajar a Namibia y Sudáfrica por cuestiones de trabajo. Bueno, en realidad el trabajo era en Namibia, en el extremo sur del Desierto de Namibia, en Oranjemund. Allí hay una enorme mina de diamantes. No es que haya cambiado de oficio, no. Es que las labores mineras han tropezado con con un importante depósito arqueológico y las autoridades namibias solicitaron colaboración a algunos expertos. Aquello es el desierto de arena más pelado que os podáis imaginar.


Terminada la tarea estuve descansando unos días en Sudáfrica, en Ciudad El Cabo y, con algunas fotos que tomé, he preparado una presentación que os invito a ver. Espero que os guste.




12 comentarios:

Unknown dijo...

Envidia, sana, pero envidia al fin y al cabo, de los viajes que te pegas. Y tú dirás "es por trabajo" y yo te digo "yo por trabajo voy, como muy lejos, a tu Valencia natal".

Como siempre me han encantado el reportaje fotográfico y el montaje en vídeo.

¿Te tendremos por aquí a menudo o tendrás que viajar más?

Un abrazo.

D dijo...

Hay algo que me gusta mucho de los desiertos. Recuerdo haber leído una entrevista con Jackson Pollock, donde el tipo decía que prefería los campos llanos del oeste norteamericano a los paisajes accidentados de Europa. Yo creo que hay algo increíble en un lugar que parece no tener final.

Yayo Salva dijo...

Tienes razón, D. El desierto produce esa sensación de lo ilimitado, como una noche estrellada.

Anónimo dijo...

yayo, tus reportajes son excelentes.
disfruta de los viajes porque ellos hacen viajar el alma.

un gran abrazo!

Anónimo dijo...

Aunque en mi humanidad algo me liga a los accidentes geográficos, me uno al comentario de D acerca de la maravilla de los desiertos (y de Borges también, cosa que demuestra en su cuento de los dos Reyes y los dos Laberintos).
Hombre, y qué manera de viajar la tuya... a este ritmo ya no me extrañaría que vivieses en una casa rodante, en un trasatlántico o en una avioneta, en fin.
Saludos, desde los ventorales de Septiembre.

William Saints dijo...

Definitivamente: el espíritu de la juventud se acaba hasta que la persona lo desea. Tu viaje me recuerda a esos típicos viajes de mochilero que se habientan los adolescentes... solo que a ti te pagan todo y visitas lugares geniales, jajajajaja.

Un abrazo, mi estimado Yayo. Un gusto leer que has tenido un verano disfrutable.

Unknown dijo...

Estimado YAYO!
Bien por tus viajes!
Supongo que las experiencias deben ser notables, no?
Me gustaron las fotografías...esa mezcla de moderno y colonial le dan a la ciudad un toque más que interesante.

Que estés bien estimado Amigo!!!

Un abrazo

Adal
(reapareciendo después de mucho tiempo)

Mariluz Barrera González dijo...

DEfinitivamente tengo que decirlo seria y honestamente... QUE ENVIDIA YAYO... de verdad que envidia... Viajar es un placer que me gustaría gozar....

Un beso...

Hiskka dijo...

Hola tanto tiempo, indudablemente lo estas pasando muy bien, es un gran privilegio el tuyo semejante paseo.
Un abrazo

Hiskka dijo...

P.d: el desierto tiene algo magico no conozco mas que el de Atacama al norte de mi país que por esta epoca comienza a florecer, un espectaculo hermoso.

Xavysaurio dijo...

Mr Yayo! cuando termine en Africa dese una vuelta por México!! y nos echamos unos tequilasos!!

saludos

(que tanto es tantito)

Recomenzar dijo...

Todos te envidiamos ya que ya ves nos gusta viajar pero no podemos
Abrazos desde éste lado