Hace poco murió Michael Jackson, “El Rey del Pop”. El triste acontecimiento ha engrosado el caudal de los ríos de tinta que sobre el artista corrían desde hace ya bastantes años. Y es que el cantante era en vida una figura popular controvertida, “ventoseada” por los medios de comunicación gracias a los cuales él mantenía y acrecentaba su popularidad y ellos (los medios) obtenían audiencia, es decir dinero, negocio. Era una relación de conveniencia, en ocasiones turbulenta, con el Cuarto Poder.
Ahora que el “tsunami” (antes lo llamaríamos “maremoto” pero también la prensa ha popularizado el vocablo japonés, que parece tener más aptitudes metafóricas) Michael Jackson parece que va perdiendo fuerza me decido a escribir algunas ideas que me fueron surgiendo a partir de los acontecimientos provocados por su muerte.
Ni la música ni los espectáculos de Michael Jackson fueron de mi gusto. Pero eso, ahora, tiene poca importancia porque “algo tiene el agua cuando la bendicen” y los millones de seguidores del artista en todo el mundo no pueden estar todos equivocados. Me decía una amiga que siguió por la televisión la ceremonia de las exequias que resultó un “show” impresionante, a la medida del “Rey del Pop”. Dentro de poco (si es que no ha comenzado ya) se pondrán a la venta millones de copias en DVD de aquel acto de despedida en el que participaron afamados artistas amigos del finado. Porque detrás de la ceremonia del duelo, tan humana, hay cuestiones de royalties, de (también humano) negocio.
El mismo día del entierro leía una gacetilla en un periódico gratuito en la que se decía que en el Ayuntamiento de Los Ángeles se preguntaban quién iba a hacerse cargo de los dos millones de dólares que vendría a costar el acto. Por lo visto la familia, a pesar de la gran fortuna del cantante, no estaba dispuesta a poner ni un céntimo para despedirle a lo grande. Se hablaba de una suscripción popular que, de llevarse a cabo, seguro que daría superávit.
Otra anécdota que me llamó la atención se refiere a los precios astronómicos que están adquiriendo las entradas para los espectáculos que Michael Jackson tenía programados y que ya no podrá dar. Para los organizadores, un negocio redondo: no van a tener ningún gasto y no tienen que devolver el importe de las localidades, ahora convertidas en caros fetiches.
Y además están todos los chismorreos sobre la herencia, sobre el montaje de la falsa acusación de pederastia, sobre algún nuevo hijo que quieren atribuirle…
Si fuera creyente en algún Más Allá le desearía un eterno descanso en paz, que bien se lo merece después de una (corta) vida tan agitada. Como no lo soy, me viene a la memoria el refrán castizo: “El muerto al hoyo y el vivo al bollo”. Y menudo “bollo” que has dejado, Michael…
En fin, que “El Rey del Pop” ha muerto. Larga vida al mito.
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3 comentarios:
Yayo hola como estas ??? ya ando de regreso espero que me visites en mi blogg No te olvides de mi
Besoss
Pues yo nunca fui "fan" del Rey del Pop, aunque su genialidad como músico y bailarín me parecía perfectamente bien atribuída. Además, siempre pensé que era inocente de las acusaciones de pederastía y ahora resulta que siempre sí (je, lo sabía xD). Me sorprendió su muerte, y hasta me entristeció un poco. Probablemente el acontecimiento más remarcable del año!
Estoy esperando la entrada que hará honor a tu nuevo perfil. A ese lacónico "jubilado".
Saludos cordiales!
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