“¡Que se jodan…!”, dijo la impresentable diputada del PP Andrea
Fabra (digno miembro de una conocida saga de triperos de la política) cuando el
cabestro de su partido anunció los nuevos recortes, en particular los de las
prestaciones por desempleo. ¡Que se jodan los parados! Los parados, que como
indican todas las encuestas oficiales y privadas, son la primera preocupación
de los ciudadanos españoles. ¡Viva la política, los políticos y políticas y el
coño de la Bernarda!
Le faltó tiempo a otro siniestro personaje pepero, la Cospedal, para salir en
su defensa y justificación. Si uno sigue con detenimiento la sarta de
argumentos cospedaleros, aplicando la propiedad transitiva, al final resulta
que la culpa del exabrupto la tienen sencillamente los parados. Si
desaparecieran los parados…
También me ha llamado la atención otro argumento de esta
gran virtuosa del cinismo: si se expedientara a la Fabra habría que expedientar
también a medio Parlamento. ¡Ostras! Así van las cosas.
La corrupción y el choriceo llegan también a la política
aldeana (¿o comienza allí?). En un pueblo no muy lejos del mío, Oliva, TODOS
los concejales, y al decir todos quiero decir también los de su propio partido
el PP, acaban de echar a la alcaldesa mediante una moción de censura. Imagínense
cómo será la angelita. Lo bueno del caso es que ella se defiende, además de
proclamándose la única culta del consistorio por el hecho de ser maestra de
escuela, diciendo que ha sufrido un golpe de estado. Pero lo mejor es que acto
seguido de la defenestración los órganos provinciales del PP le han buscado un
despachito para asegurarle el jornal y que pueda seguir jodiendo la marrana
impunemente.
Esta misma mañana, en la tertulia mañanera de un grupo de
jubilados de la que formo parte, alguien comentó que la crisis no acabará hasta
que desaparezcan todos los chorizos (no los de comer sino los otros, los de dos
patas). Sabia sentencia. Lo malo es que vivimos en una democracia que prima el
choriceo y uno ya empieza a dudar si habrá alguna otra que no sea así.
3 comentarios:
que cosas tiene la vida amigo mio, colombia sufre del mismo mal, parece ser que la pobreza no es bien llegada a ningun lado y todos le huimos como si fuera el peor de los males, quiero saber por que los que tienen la oportunidad de dirigir las rutas de los pueblos caundo prueban las mieles de la comodidad, el costal de la avaricia se covierte en un barril sin fondo, siempre quiren mas...
Esto pasa en el pais de la pandereta.
Pura caca generalizada en la "clase política".
No existe control o ley alguna para evitar que la gente se corrompa, porque los que tienen que crearlo nos les interesa.
Dejar de acudir a las urnas es la mejor manera de demostrar que no nos sirven estos "administradores" corruptos de nuestros impuestos. La abstención generalizada provocará el cambio que precisa nuestra sociedad.
Es mi punto de vista.
Saludos, Yayo Salva.
Pedro Roca.
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