¡Qué calor hace! No corre un pelo de aire y la sombra olorosa de mi higuera no es ningún alivio. Caliente está también el ambiente taurino en Cataluña tras la decisión política de prohibir las corridas de toros. Y digo política porque la tomaron los políticos atendiendo los deseos y argumentos del sector antitaurino y desatendiendo los de los no pocos aficionados a la “fiesta nacional” española. El resultado de la votación de hace dos días en el Parlamento catalán (68 a favor de la prohibición y 55 en contra) no parece coincidir con la opinión popular dentro del Estado español, recogida en varias encuestas de los últimos años: algo más del 30% de los encuestados prohibiría la tauromaquia y casi el 60% no sería partidario de la prohibición. Ignoro cuál sería el resultado de una encuesta de este tipo realizada en Cataluña, pero si se pareciera al nacional indicaría que el Parlamento catalán no está en sintonía con la voluntad popular en este asunto. Lo cual parece que no es ninguna novedad.
No soy aficionado a los toros. No les veo la gracia. Pero no dejo de reconocer que las tauromaquias son ritos ancestrales de origen mediterráneo que se remontan al origen de las culturas desarrolladas. Hay muchos pueblos de la Península Ibérica y de otros países ribereños del Mare Nostrum para los que los festejos taurinos son parte importante de su folclore.
Por otro lado, las corridas de toros están en crisis y sólo sobreviven como espectáculos en las grandes plazas. Antes, no hace tantos años, había muchos pueblos de España que tenían su plaza de toros. Ahora la mayoría de esas plazas de pueblo están en ruinas o han sido derribadas. Una tradición lo es hasta que deja de serlo y eso sucede cuando el pueblo que la sustenta pierde el interés por ella. No es necesario, pues, llegar a la prohibición para anularla. Y si se prohíbe cuando es una tradición viva, no deja de ser un acto atentatorio contra la libertad. La democracia no debe ser prohibicionista sino dialogante. Me viene a la memoria una pintada callejera de aquellos años de la transición democrática que decía: “Prohibido prohibir”.
Prohibir los toros no es nada nuevo. Cualquiera que tenga sentido de la Historia recordará que, desde el siglo XVIII, se han prohibido los toros incluso a nivel nacional en varias ocasiones. A pesar de ello la fiesta ha salido adelante. Hay muchas Fuenteovejunas en España. Pero, sobre todo, las leyes cambian según las conveniencias del legislador.
Mientras tanto, los aficionados catalanes de este lado de los Pirineos podrán peregrinar al otro lado, a las plazas francesas que seguramente se beneficiarán de la situación, como hacían los aficionados al cine X en la época de la dictadura franquista. O a las plazas de Aragón o del País Valenciano.
(Nota: Ilustración tomada de http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Cartel_toros_barcelona.jpg)
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7 comentarios:
Pues yo que quieres que te diga, me parece una idea nefasta que prohiban el toreo como tal, y sin embargo no se mencionen los toros embolados (que se concentran desde Valencia hasta Tarragona, amén de algunos pueblos de otras provincias). Más nefasto aún me parece si lo hacen por anti-españolismo, como posiblemente ocurra. Quien va a Barcelona va a España, no a Cataluña. Van a ver la Sagrada Familia (por ejemplo), también una buena corrida si se lo pueden permitir, no a comer pan con tomate y a ver señores con barretina. Vamos, creo yo... Ahora bien, si eso hace que vengan más turistas al resto de España, pues me parece bien.
Fa vint anys que les curses de braus van ser prohibides a Canàries. El fet no va motivar ni una petita part de les protestes i els comentaris que ha aixecat la prohibició a Catalunya, on les enquestes es decanten molt majoritàriament per la prohibició.
Fins i tot és curiós que el partit polític que va prendre la iniciativa de la prohibició a Canàries, en un nou gest d'hipocresia, protesti ara per la mateixa decisió que ells mateixos van prendre fa vint anys.
A mi em sembla una bona decisió, tot i que jo també prohibiria els correbous. I es que hi han costums atàviques que denigren la condició humana i que, com els antics jocs gladiatoris, no mereixen la perpetuació.
Este es un tema controvertido del que es imposible nos entendamos, los unos y los otros. Se ha conseguido una cosa importante gracias a este jaleo de los toros: ya no se habla del Estatut, algo que, quizá, estuviera premeditado de antemano.
En fin, YO TAMBIEN SOY ANTITAURINO, pero, a la vez ANTI PROHIBICION. Sé que no lo hacen por amor a los animales, sino para jorobar el espíritu hispano al que relacionan con los toros. Si los catalanes son coherentes con esta premisa, deberán PROHIBIR los "correbous", la caza, la pesca y la matanza del cerdo. Hoy en día el ser humano no necesita imitar a sus atávicos antepasados y, sencillamente que vaya al supermercado a comprar lo que necesita comer. Si la caza y pesca es con afán deportivo...pues pero, ¡qué tiren al plato y se desfoguen!
que sabio eres iaio !!
Asombroso tu gobierno! prohíbe las corridas y apoya el aborto...!!!! es de no creer, falta mucho para que se vaya Zapatito y sus secuaces?
Yo también soy anti prohibición, en Catalunya hubo mucha afición a los toros durante siglos, más incluso que en otros lugares más 'españoles', mi abuelo era muy aficionado, no me gustan, no he ido nunca, pero me molesta tanta tontería y que nos distraigan con esos temas, la cosa hubiese muerto por ella misma, como ya estaba pasando, porque nuestra sensibilidad cambia con el tiempo.
Ahora mismo, estoy en Batea, a tocar de Aragón, donde siguen haciendo toros y cerca de donde hacen correbous, acabo de leer un programa de fiestas del año 1917 en català donde explican con cierta ironía que uno de los actos serán las corridas de toros y donde se ríen de la indumentaria de los toreros que 'reganyen lo cul'.
En Canarias, por cierto, son vigentes las peleas de gallos, cosa que nadie dice.
Parece que no tenemos muy clara nuestra relación actual con los animales, eso también cuenta, desde que no los utilitzamos en el trabajo ni en el transporte los hemos humanizado de la peor manera.
No entro en temas identitarios, tan frágiles y manipulables, sería otra historia -o la misma-.
Empecemos por lo obvio: las corridas de toros son impropias, de una sociedad civilizada en la que esta emergiendo con fuerza los derechos de los animales. Nuestra última frontera como seres éticos.
Se pueden analizar desde dos puntos de vista.
a) subjetivo
b) objetivo
Desde el punto e vista subjetivo: Degrada a quien la observa porque por mucho celofán que se le ponga, no es otra cosa que el espectáculo de la tortura y muerte de un animal -un mamífero superior-.Ya ha llegado el momento de decir las cosas por su nombre sin apelar a 'cultos mitraicos, ni pollas en conserva.
Los trajes de luces, los capotes, la presunta valentía de los ejecutantes, el “arte” no son otra cosa que los pretextos para hacer presentable y tranquilizar las conciencias de los que observan y disfrutan con un espectáculo que denigra precisamente a quienes disfrutan del espectáculo. No nos equivoquemos quien es capaz de torturar un animal es capaz de hacerlo con una persona.
Resulta doblemente denigrante por ser la fiesta NACIONAL. Precisamente aquí radica la desmedidas reacción ante la prohibición. Que hayan sido los catalanes los que presuntamente se han bajado del carro de la 'NACIÓN'; No te equivoques Salvador, la 'REACCIÓN' desmedida se ha producido porque la lectura se ha hecho en términos nacionales y no de los derechos de los animales. ¿Que opinarías de alguien aficionado a las películas 'snuff' por más artísticas que resultasen?
Desde el punto de vista objetivo: Se esta torturando a un animal adolescente, (los toros pueden vivir 30 años y maduran a los 5) porque la mayoría no tienen más de 3 años, engordado para parecer más amenazador, con los cuernos recortados para que su percepción de la distancia esté distorsionada, con las las pezuñas untadas de una substancia que produce quemazón que se incrementa en la arena caliente de la plaza para que parezcan 'bravos' etc.
La elegantes banderillas son arpones de acero que quedan colgando del lomo, desgarrando tejidos músculos y tendones que provocan un dolor indecible a cada movimiento y con las que se inicia el desangrado lento que acabará en hipovolemia severa. A continuación (tercio de varas) se les rompen a conciencia los músculos de la espalda y los tendones que sujetan el cuello para que el animal no pueda envestir o si lo hace sea a costa de un dolor terrible. En este punto seguramente el dolor es tan intenso que no esta localizado.
Después de haber perdido más de un 60% del volumen sanguíneo llega el momento de la 'verdad'...
Media hora de tortura pública “de poder a poder”..
Ten por seguro que sin esta crucifixión previa del animal no habría momento de la verdad que valga. Por otra parte, eso de que la democrática no puede ser prohibicionista lo dejaremos estar. No es que pueda, es que debe. Te recuerdo que ya no estamos en el siglo XVIII.
Precisamente, la democracia toma decisiones legítimas porque periódicamente se pone en cuestión ante el 'demos' y el famoso eslogan del mayo del 68 “Prohibido prohibir” queda muy guai pero en una sociedad garantista (de derechos) como la nuestra tiene un montón de matices.
Otro aspecto a poner de manifiesto es que lo que se ha prohibido no son els bous al carrer i els bous a la mar, ni...SON LAS CORRIDAS CON MATADOR. No liemos!
L'altre dia un amic em deia parlant del tema que :'El País Valencià es bouer, al que jo li responia que també és blaver, i faller i li agrada Bernat i Baldovi, hi ha però un altre País Valencià que és fusterià, méspr al Misteri d'Elx que a les falles, que li emociona d'Ausias March i li resulta barroer Bernat i Baldoví ...i que a és ANTITAURÍ. Jo hi sóc ahí.
Pel que a mi respecta salude amb respecte la decisió de la Generalitat de Catalunya, i que quede clar: NO PER CATALANA SINO PER VALENTA I PER ÈTICA.
Que més voldria jo per a la meua Generalitat.
Salutacions i una abraçada.
Robert.
morasancho.rt@gmail.com
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