Claustro del Monasterio de Silos (1974) Demasiado dolor mordiendo rabioso mi cansado corazón.
Demasiados juicios de valor equivocados pesando sobre mi vieja espalda.
Demasiados adioses apresurados, sin tiempo ni opción para las despedidas.
Bye, dijiste. Sencillamente.
Ya no más llanto.
Es tiempo de silencio y meditación.
Mondo cane. Arrivederci.
¿Así de solitario está siempre?
ResponderEliminarOh, no, Talya. No es soledad. Son otras situaciones las que me golpean ahora.
ResponderEliminarOriginalmente preguntaba por el claustro, pero disfruto lo suficientemente de la ambiguedad como para obviar el contexto y enloquecer a cualquiera.
ResponderEliminarLo siento por los golpes.
Hola Talya: Silos es un lugar de gran atractivo turístico. No es fácil retratarlo tan solitario. En aquella ocasión estaba cerrado al público por un tiempo mientras hacíamos un estudio del estado de degradación de la piedra.
ResponderEliminarUn saludo desde Madrid.
ja ja ja me da gusto tenerte entre mis lectores y me da mas gusto saber que le hizo bien, mi señor!
ResponderEliminarComo es tiempo de silencio no se si perturbarlo con mis palabras...
ResponderEliminarVolveré por estos lares
Gracias, Marga. Es pasajero, espero.
ResponderEliminarUn saludo.
No recuerdo haber pasado ninguna crisis especialmente memorable a los 40. No soy yayo de verdad (en el sentido literal del término), aunque podría serlo por la edad. Pero me llama así una persona muy querida y me gusta. Por eso lo he adoptado como identificador cibernético.
ResponderEliminarLas crisis llegan cuando llegan. "Errare humanun est".
Un cordial saludo, Harry.
Donde abunda el dolor sobreabunda el amor (Jeje, nunca se me había ocurrido). Y ¿Bueno? Ahora tocaría, como tu lo has señalado, un tiempo de purificación. ¡Venga! ¡Mucho ánimo! Que tus palabras en mi blog se han vuelto vida. Gracias por la visita.
ResponderEliminarUn abrazo desde México.
Muchas gracias, Aristóteles, por tus palabras y por la visita. Sí, es tiempo ahora de revisión. De cuando en cuando sucede algún incidente que invita (u obliga) a replantearte tus relaciones con el mundo que te rodea.
ResponderEliminarUn abrazo desde Madrid.
Sí, Jay. Las crisis son situaciones revulsivas que nos obligan a replanteos, en ocasiones vitales. Yo creo que son inherentes al fenómeno humano, visto como individualidad o en sociedad.
ResponderEliminarPor cierto, ¿has visitado en Nueva York los "Cloisters"? Supongo que sí. Es toda una experiencia de arte religioso medieval europeo y, en particular, español.
Gracias por tus palabras. Un saludo muy cordial.
Hola Salva, te mando un saludo.
ResponderEliminarSi quiere, le presto un blindaje para el corazón y una compañía para el alma.
ResponderEliminarMuchas gracias por el ofrecimiento, Papa Pan. De verdad. Pero siempre he vivido sin protección, a corazón abierto, aceptando los riesgos que ello comporta. Y no voy a cambiar a mis años..., aunque, como ahora, haya situaciones dolorosas.
ResponderEliminarUn cordialísimo saludo.
Hola, gracias por la visita! que bueno que mi blog te trajo recuerdos... algún día espero tener recuerdos de esta epoca yo también.
ResponderEliminarsaludos! y que el silencio y la meditacion te lleven a lo que buscas
Hola.
ResponderEliminarAndaré de puntillas. Es tiempo de silencio interior por ahí y por aquí.
Esa es la ventaja de ser joven, Trako, que estás estrenando tu vida para llenarla poco a poco de historias para recordar.
ResponderEliminarUn cordial saldo.
Tiempo de silencio y reflexión también para mi. Hace tiempo que creo haber perdido mi alegría, ahora toca volver a encontrarla, descubrir dónde se quedó.
ResponderEliminarMeditemos, sí... Tenemos la suerte de saber que, si Dios quiere, podremos salir de esta y "recolocar" nuestras viejas estructuras mentales que parece que quedaron obsoletas...
Un abrazo
No lo dudes, Cris. De la meditación surgen siempre nuevas directrices y propósitos. Al menos a mí me sucede.
ResponderEliminarAdemás, cuando uno sabe lo que está buscando (y tú dices saberlo) acaba encontrándolo.
Un saludo cariñoso.